Esa mala palabra que empieza por P*
viernes, mayo 16, 2008Desde que me convertí a la religión que la inmensa red de lectores de este blog ya conoce, he tenido la oportunidad de reflexionar profundamente sobre aspectos del desarollo espiritual y compararlo con un rasgo importantísimo en la vida de cualquier mortal como es el mundo de la política.
Sus escenarios son increíblemente similares; vastos, espinosos y con miles y miles de posiciones, visiones y apreciaciones todas tan válidas como herradas dependiendo del sutil punto de vista de los participantes. Como se dice coloquialmente..." Con tanta religión, secta, partido u opinión política una ya no sabe que creer"
Hasta ahí digamos que el asunto es complejo, pero llevadero. Lo insufrible y verdaderamente tortuoso empieza, cuando de manera "inocente" los argumentos son esgrimidos (biblia en mano) con la intención de convencer o "convertir" a uno u otro interlocutor. Ese esquema de discurso evangelizador, tan común en estos tiempos de impíos, lamentablemente, se extiende no solo al plano religioso sino al político.
Ese particular instante, en donde las diferentes posiciones politico - religiosas de dos o mas interlocutores, se convierten en diferencias personales es cuando ocurre el fenómeno que los académicos han denominado acertadamente como "La desgracia del ciudano de a pie", momento estratégicamente aprovechado por conspiranoícos y fanáticos religiosos para exponer sus interminables argumentos a favor de causas que para ellos deben ser universalmente aceptadas. En síntesis, el actuar de estos personajes, se reduce a algo así como: Todas las opiniones son válidas pero hay unas mas válidas que otras...(por ejemplo las mías).
En fin, toda esta serie de argumentos válidos (unos mas válidos que otros), para atestiguar que,con mi cambio de religión me ha tocado lidiar con un verdadero ejército de evangelizadores que emplean los mas aberrantes trucos para alejarme de mi fe, desde ofrecerme sectas poligámicas hasta cuentos apocalípticos en varias partes del globo. Yo tranquilamente siempre les respondo: "-no gracias, mi religión me lo prohibe"
Por cierto, para los que están interesados en mi vida conyugal, aprovecho este espacio para comentarles que la ceremonia al estilo pastafariano se realizará en breve. Luego de arduas discusiones la logré convencer!!!!
* Frase tomada de un chiste de Mafalda.
**frase tomada de La Granja.