En el bote
jueves, marzo 15, 2007Dicen que el hombre aprende mas en una hora de juego que en cien años de discusión, esa verdad lapidaria, se entiende en la infancia a la perfección, sin embargo, cuando aparece el primer indicio de bello púbico, los primeros cambios en la voz, etc, esta clarividencia infantil se diluye en ese torrente hormonal que drena cualqueier vestigio de infancia.
En "En el bote" este aprendizaje se manifiesta a partir de una situación bastante singular, Lionel acepta en su bote a una impostora que se hace pasar por almirante, para persuadirlo de su firme deseo de huir. Acepta que las reglas de su juego se quiebren, y lo mas difícil, que llegue a su fin la libertad que supone la fuga. A cambio de su renuncia, recibe una lección sobre la vida.
No puedo decir si se pagó un precio alto o si fué un trato justo, la sensación que me dió es que era la única forma para que se siguiera cultivando la inocencia de alguien que tenía todavía mucho que aprender y que descubre por medio de la discusión que no hay mejor forma de concer la vida que jugando.
Al márgen: Será que la recurrencia de la escapatoria es similar en todos los niños? muchas veces yo también pensé en escapar.