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Prefiero el cielo por el clima y el infierno por la compañía. W. Shakespeare

Teddy



Entrada correspondiente a este proyecto



Uno de los placeres mas grandes de leer y escribir, es para mi la posibilidad de manipular de manera trivial y a voluntad, ideas y conceptos de temas tan trascendentales y/o abstractos como la muerte, el tiempo, la lógica o el amor.

En Teddy es posible experimentar ese placer, desde tres perspectivas totalmente distintas. Un niño de 10 años, (un personaje) logra incluir al lector y por ende al autor en un laberitno incongruente donde la razón y la imaginación son hermanas gemelas que se funden y confunden a medida que se desarolla la historia.

Pero hay algo que hay que tener claro, para no perderse en ese laberinto, y es que no es en ninguna medida desordenado o aleatorio, es una estructura literaria construída con un propósito determinado, es en realidad el designio de un arquitecto superior que cobija a todos los diferentes actores involucrados en la historia: personajes, autor y sorprendentemente también el lector.

Este hilo conductor o este determinismo, es precisamente lo que permite darle forma y sobre todo credibilidad a la historia, Teddy no solo cree en los designios de la vida y en la ineludible fuerza del destion sino que no mueve un solo dedo para cambiarlo.

En principio, no es lógico que una persona (así sea el personaje imaginario de un cuento) acepte sin titubeos las tragedias que le depara su destino. Ciertamente no es lógico; pero es completamente entendible, si se trata de un laberinto donde la lógica no hace parte de ese universo, tal y como lo explica el mismo personaje.

Una vez aclarado porqué el personaje central, entiende que no debe hacer absolutamente nada para cambiar su destino, es entendible que de alguna manera facilite su propia muerte, en pocas palabras planee indirectamente su suicido.

Tuve que escribir esta reseña, para pensar en Teddy como un suicida. Cuando leí el cuento jamás lo habría imaginado, ahora que lo reseño, me doy cuenta que, la escena de la piscina vacía es una metáfora distraída, para encubrir la verdadera intención de acabar con una vida aburridamente sabia, tan perfecta que no merecía continudiad.

Leer Cuento (en inglés)
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9/2/07 05:00 A Blogger Portnoy le dió por decir ...

Una cosa que me parece curiosa es como ese "arquitecto superior" al que te refieres, el que construye el relato, nos induce a pensar que Teddy muere. Es decir la inexorabilidad es asumida en dos planos: en el del personaje y en el del lector. No podemos pensar en otro final que nos ea ese. Pero ¿y si no es así? ¿Qué pruebas tenemos de que Teddy muere al final del relato?
Dice "Ocurrirá hoy o el 14 de febrero de 1958, cuando yo tenga dieciséis años. Hasta es ridículo mencionarlo", pero no dice que es lo que tiene que ocurrir.
Si escribiendo la reseña has pensado en Teddy como suicida, yo, leyendo otros puntos de vista sobre el mismo relato, pienso en como el autor logra manejarnos.
¿Es eso maestría? Ya lo veremos más adelante.
En fin, aprovecho para saludarte y para decirte el placer que supone que este proyecto nos haga conocer a nuevos compañeros de viaje.
Un saludo    



9/2/07 14:35 A Anonymous Anónimo le dió por decir ...

Me encanta la foto, exacta para el cuento. Saludos.    



11/2/07 11:47 A Blogger Natalia Book le dió por decir ...

También pienso que en ese final abierto el autor está jugando con nosotros y que, siguiendo con el juego de Teddy, debemos evitar la lógica para conocer el final.
Lo lógico parece ser que se suicidara, pero también sería posible que el muerto hubiera sido su padre, a cuya muerte también se hace mención en el libro. El grito puede representar muchas cosas.
Saludos    



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